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domingo, 26 de octubre de 2014

Es el momento de elegir una actividad física complementaría para sus hijos.

A principio de curso todos nos hacemos buenos propósitos, uno de ellos es hacer más deporte. Si para nosotros es importante, para nuestros hijos lo es más.
Muchas veces nos encontramos con padres/madres que esgrimen la siguiente excusa para que sus hijos no practiquen actividad física extraescolar, " NO TIENE TIEMPO, VA FLOJO EN LA ESCUELA Y TIENE QUE ACABAR LOS DEBERES".
Desde aquí queremos haceros ver que si nos organizamos hay tiempo para todo. Ademas los últimos estudios demuestran que el deporte y la actividad física mejoran el rendimiento escolar. A nuestros hijos de hijas, les hace falta desconectar. Si por las tardes les sometemos a academias de inglés, clases de apoyo y otras actividades de ocio con mucho desgaste intelectual, pueden acabar saturados y bloqueados.
Por esos os proponemos que sigáis este decálogo para mejorar el empleo de su tiempo.
Os recordamos que pueden hacer multideporte en el centro por un precio módico de 40 euros año. Y si tenéis problemas económicos, se puede becar a vuestros hijos e hijas.
                                                                                                     
                                                                                   Los maestros de EF Giner de los Ríos.




sábado, 25 de octubre de 2014

APRENDER A ORGANIZAR NUESTRO TIEMPO

Es muy importante que enseñemos a nuestros hijos a gestionar su tiempo. A lo largo de mi vida laboral he oído muchas veces a padres/madres decir que sus hijos no tienen tiempo de hacer actividad física o deporte escolar. Creo que se equivocan, en este artículo se dan algunas claves sobre como organizar mejor el tiempo de nuestros hijos para que les de tiempo a todo.

¡El Martes no puedo venir que tengo un examen!, ¡esta semana no puedo venir que tengo que estudiar!, ¡mi hijo no vendrá el Miércoles porque no le da tiempo, tiene que estudiar! Etc.
¡Yo si la he oído! y como entrenador me preguntaba…
¿Qué le digo yo ahora?, ¿Como gestiono esto?, ¿Es que los demás no estudian?
He entrenado varios años un equipo juvenil, posiblemente la categoría más conflictiva, ya que el bachiller es muy  importante, no solo porque hay que aprobarlo sino porque hay que sacar la mejor nota posible de cara al acceso universitario.
Al acabar el partido del sábado (normalmente sobre las 7 de la tarde), alguna conversación fue así:
- JUGADOR: “¡El Martes no puedo venir que tengo un examen el Miércoles!”
- ENTRENADOR: ¿Esta tarde,, mañana durante todo el día o el Lunes que vas a hacer?
- JUGADOR: Ahora hemos quedado para salir a cenar, mañana descansare todo el día, si me da tiempo… bueno es que no puedo venir, que así estudio y lo preparo mejor!
- ENTRENADOR: ¿Entonces el martes vas a estudiar toda la tarde? ¿Por qué no lo has preparado todo antes? ¿Por qué no adelantas trabajo y vienes a entrenar?, ¡Te vendrá bien para despejarte!
- JUGADOR: Es que no me da tiempo, y no he podido hacerlo antes, así estudio toda la tarde.
- ENTRENADOR: ¡Vale no te preocupes, pero saca nota! ¡Pero hay que organizarse mejor! 
¿Pensáis que chicos con este perfil eran los mejores académicamente?, precisamente eran los que siempre estaban “apagando incendios”, los que estudiaban al día, los que más salían, los que mas desorden llevaban en el día a día, sin embargo había otro tipo de perfil, chicos que no bajaban del 9 de media, eran los que más entrenaban,  lo hacían con su equipo y si podían se quedaban con el de la categoría superior, los que más motivados estaban ya que cumplían con creces su compromiso deportivo, mas el académico y el familiar, los que daban el 100% en todo lo que hacían, los que tenían claro a donde querían llegar y como, también el esfuerzo que suponía ser quien querían ser, se organizaban las tareas minuciosamente, había sobretodo un chaval, que era un espectáculo y un ejemplo a seguir,  ya que su objetivo claro, clarísimo era ser médico, y jugar al balonmano, sus dos pasiones por las que cada día merecía todo el esfuerzo que requería cumplir el compromiso sobre todo consigo mismo, y con los compañeros, de hecho está estudiando medicina y jugando a gran nivel, pero eso te lo da solo la autodisciplina que requiere cumplir un horario y un plan.
 “LA VERDADERA LIBERTAD NOS LA DA LA AUTO-DISCIPLINA”
Todos pensamos que la libertad es hacer lo que nos venga en gana, pero las personas que parecen Más libres son las más disciplinadas, enfocadas y auto-dirigidas, para muchos chavales la libertad es acostarse a la hora que les plazca, dormir toda la mañana, hacer lo que se les ocurra en el momento, eso no es malo, todos hemos sido jóvenes y mientras que no sobrepasen unos límites, limites que todo el mundo necesita, ya que si no pueden llevar al caos, al conflicto a la frustración, la indisciplina causa dolor y apatía, el no saber donde estoy y donde quiero ir no es sano.
O les enseñamos a auto disciplinarse o serán disciplinados por otros, hablamos de su vida fuera del deporte por supuesto, por eso es tan importante cumplir con tus compromisos y tener orden, es una enseñanza para la vida, que aprendan a estructurar sus vidas alrededor de objetivos ecológicos y beneficiosos para ellos, eso les permitirá manejar sus vidas y tendrán la libertad para elegir su camino, la indisciplina les alejara de el por infinidad de pequeñas decisiones descuidadas e improvisadas, el deporte es un premio algo que les gusta, pero también es un aprendizaje de lo que es el fracaso y el éxito, el trabajo duro, la perseverancia, el compañerismo, el compromiso y otra  innumerable lista de valores que te aporta.
Os pongo un caso práctico de un cadete de primer año (13 años), su pasión es el balonmano, quiere entrenar con juveniles, ¿Qué trastorno supone para él?, que debe adelantar trabajo los días que no entrena, seguir descansando lo que necesita para regenerar cuerpo y mente, en definitiva poner mas carne en el asador, ya que debe mantener las notas como mínimo, esforzarse desde primera hora de la mañana para atender al máximo en clase y ser participativo, así todo el estudio y trabajos posteriores serán más sencillos, si hace esto y estudia bien, tampoco necesita apoyo (academias), con lo cual va más desahogado.
¿De dónde saca el tiempo? ¿Es imposible? Hacer un plan para la semana es muy importante.

Cumplirlo necesita de motivación y auto disciplina, y mucho esfuerzo, para quitarse otras distracciones que no le aportan nada, su vida social y amigos los tiene en su entorno y utiliza el tiempo en lo que le apasiona “balonmano” y en lo importante que tiene que hacer “estudios, descanso, alimentación”, aun así quedan muchos huecos libres, ¿verdad?, al organizarte minimizas que los ladrones del tiempo te lo roben, no ocupas tu tiempo con cosas que no te 
aportan nada, las haces realmente si te apetecen y no entorpecen tu camino, sabes a dónde vas y cómo quieres ir.

 ¿Cómo gestiono eficazmente mi tiempo?
 1. ¡HAY QUE QUERER HACERLO!, querer realmente cambiar los hábitos improductivos para adoptar otros más beneficioso y encaminados hacia lo que realmente quieres,
2. SABER LOS BENEFICIOS QUE TE APORTARA EL CAMBIO para tener una fuerte motivación.
3.PLANIFICAR Y PASAR A LA ACCIÓN, crear un plan estratégico, para repartir tus tareas y horas disponibles, sabiendo claramente lo que quieres y lo que necesitas pagar para conseguirlo, priorizando las tareas que te enfoquen a tus objetivos.
¿Por qué debemos planificar? 
-Descarga la memoria.
-Tiene un efecto psicológico motivador.
-Facilita la orientación hacia los objetivos.
-Evita la distracción.
-No se olvida lo que pueda quedar por solucionar.
-Sirve de control del tiempo perdido.
-Ayudan a decir No.
LA GESTIÓN DEL TIEMPO PUEDE RESUMIRSE EN ESTE DECÁLOGO:
1 .Planificar por adelantado.
2 .Programa actividades de ocio.
3. Promete menos y cumple más.
4. Divide los trabajos grandes en tareas manejables.
5. Haz un seguimiento de tus progresos.
6. Establece parámetros para decir “No“.
7. Haz y sigue una lista de prioridades.
8. Agrupa tareas según las capacidades requeridas.
9. Mantén los ojos abiertos para encontrar atajos.
10. HAZ LAS COSAS DE UNA EN UNA


        Kike Fernandez  @kikecoach       COACH PERSONAL Y DEPORTIVO          Miembro de APROCORM y AECODE          ENTRENADOR NIVEL 2 BALONMANO                www.trascendercoachingdeportivo.es

lunes, 20 de octubre de 2014

Desayuno saludable en Giner de los Ríos.

Los alumnos de Giner de los Ríos estamos muy sensibilizados con la alimentación saludable. En este caso han sido los alumnos de 4º A. La tutora Isabel Hergueta  y los padres/madres han colaborado para que estos alumnos puedan adquirir hábitos de vida saludables.
Gracias mamis/papis.







viernes, 10 de octubre de 2014

Giner con el CBV temporada 2014-2015

Hoy nos han visitado los jugadores del CBV, nos han invitado a que asistamos al partido que mañana se disputará en el pabellón de Pintores a las 7:30 contra el equipo canario del RCN Tenerife, que el año pasado quedo en primera posición del grupo del CBV en la liga EVA.
Nos han invitado a que probemos las actividades de la escuela del CBV, muchos de nuestros alumnos ya están entrenando con ellos.
Desde el centro os animamos a formar parte de estas escuelas, y quién sabe si algún día jugareis en este equipo.
Suerte para el partido y aquí os dejamos un vídeo de las imágenes de la mañana.






martes, 7 de octubre de 2014

Más motivos para hacer deporte escolar.


PSICOLOGÍA EDUCATIVA Congreso en Toledo

Cuando el aula se convierte en cancha

  • Un congreso de innovación pedagógica impulsa la aplicación de los valores del deporte en la escuela para fomentar la cooperación, la responsabilidad y la 'inteligencia emocional' de los alumnos


El rendimiento escolar y el deporte comparten más cosas de las que podemos imaginar. Valores como responsabilidad o compromiso son inherentes en ambas disciplinas, pero existe otro factor que las une todavía más: la emoción. Divulgadores, profesores y demás agentes implicados en la educación tienen cada vez más claro que al igual que en el deporte, los procesos emocionales juegan un papel fundamental en la vida escolar del alumno. En la vida en general del alumno. Y es que, no sólo lo avalan las investigaciones, sino la propia experiencia: las emociones impactan en la memoria, en la capacidad de retención, en la toma de decisiones, en la calidad de las relaciones y en la salud y el bienestar físico.
«En función de la emoción que sintamos, prestamos más atención a unas cosas que a otras. Puede cambiar pensamientos, puede motivar comportamientos», explicó ayer Laura Mari Barrajón, profesora del Máster de Educación Emocional y Bienestar de la Universidad de Barcelona, en el III Congreso de Innovación Educativaque arrancó en Toledo, organizado por la Fundación San Patricio y el Colegio San Patricio Tagus. Bajo el lema Sin emoción no hay aprendizaje: Educando la emoción, más de 400 profesores y expertos comparten, durante este fin de semana, experiencias sobre el trabajo de las emociones en el ámbito educativo y reflexionan sobre el lugar que éstas ocupan (o deberían) dentro del sistema.
Sin duda, alguien que sabe, y mucho, de educar se llama José Vicente Hernández, más conocido como Pepu, el timón de un equipo que coronó al baloncesto español en lo más alto en aquel dorado Mundial de Japón de 2006. «Un entrenador que sólo enseñe técnica y táctica no vale nada. Tiene que enseñar valores, consolidar aprendizajes, enseñar por qué y para qué sirve cada cosa. Y todo esto, tiene que ver con la emoción», declaró Hernández a EL MUNDO durante el Congreso. «Tenemos que enseñar no sólo a ganar sino a saber conseguir pequeños logros que signifiquen grandes momentos de felicidad».
Según datos expuestos por Antonio Casimiro, doctor en Educación Física y profesor titular de la Universidad de Almería, «el éxito de las personas se debe en un 23% a las capacidades intelectuales y un 77% a las actitudes emocionales». Hay alumnos con expedientes brillantes que no han triunfado en la vida, y otros con notas menos sobresalientes que sí lo han hecho. Probablemente, según Casimiro, ellos tuvieran capacidades emocionales que les han hecho brillar en la vida.

La educación emocional

Educar en emociones se antoja fundamental y más en la sociedad posmoderna en la que vivimos. ¿Qué diferencia a un ser humano de otro teniendo la misma inteligencia? Sin duda, sus capacidades sociales y emocionales. O lo que es lo mismo, la forma que tendrá de gestionar su emoción. El psicólogo estadounidense Daniel Goleman reflejó el concepto de inteligencia emocional (IE) en su exitoso libro, Emotional Intelligence, en 1995. Para él, la IE no es otra cosa que tomar conciencia de nuestras emociones, saber gestionarlas y poder así comprender también las de los demás.
Pero antes de Goleman, ya otros expertos hablaron también de educar en emoción. Uno de los más relevantes fue Howard Gardner, psicólogo de la Universidad de Harvard quien en 1983 expuso su teoría de las inteligencias múltiples. Entre ellas estaban la inteligencia interpersonal (saber empatizar y comprender las emociones de los otros) y la inteligencia intrapersonal (saber manejar y gestionar las propias). También, las competencias deportivas.Y es que, el deporte es una de las maneras de educar en emociones.
«La práctica física favorece el rendimiento escolar», mantiene Casimiro, «el deporte enseña valores, y los afianza desde la base». Con el deporte o la práctica deportiva, se pueden adquirir valores como tolerancia, sacrificio, esfuerzo, espíritu de equipo, juego limpio, compromiso o fracaso. Porque el fracaso es una forma de aprender.
«Cuando me nombraron seleccionador nacional», contó Pepu en su charla Razones y emociones de un equipo, «lo tenía claro: quería jugadores capaces de relacionarse, de resolver problemas». Y eso hizo este entrenador nada más tomar el timón de ese equipo soñado del 2006. «La primera vez que me junté con el grupo, no les hablé de ataques ni de defensas, y muchos se extrañaron. Les hablé de respeto, confianza y solidaridad». Tres palabras que Pepu lleva por bandera. Valores que todo educador debería añadir en la cancha, o en el aula. «Quería que los jugadores tuvieran confianza en sí mismos y en el equipo», continuó Pepu.
Pero hubo un momento crucial que para el ex seleccionador refleja mejor que nada el trabajo emocional con este grupo en la semifinal del Mundial. «Cuando Pau Gasol se lesionó en ese partido, el equipo no estaba fastidiado o triste porque el que era para ellos el mejor jugador de España se perdía la final, sino porque su amigo Pau se perdía la final. Vi a los jugadores desolados y entendí qué tenía que hacer algo.Empecé a hablar con ellos: vamos a ganar por y con Pau. Un tiempo después estaban todos riéndose y jugando en la habitación: ahí se empezaron a preparar y a ganar la final».
Para Antonio Casimiro, tener alumnos o jugadores capaces de controlar sus emociones y de crecer de forma adecuada con valoressólo se consigue si el entrenador o el profesor adquiere una formación en inteligencia emocional: «Los jóvenes tienen que ser más auténticos, deben ser ellos mismos sin estar tan pendientes del qué dirán».
«Los profesores deberían enseñar a los alumnos lo que es posible», explicó por su parte Laura Mari Barrajón, porque «todo, absolutamente todo lo que vemos, fue alguna vez el sueño de alguien. Soñar vale la pena, porque soñar te ayuda a hacer cosas».

domingo, 5 de octubre de 2014

Giner y Pequevoley. Volvemos a colaborar con la RFEV.

Este año también colaboraremos con la Real Federación Española de Voleibol. El programa Pequevoley nos proporciona material para poner en práctica en unidades didácticas de voleibol. Es un programa muy interesante para nuestros alumnos, ya que les acerca a este deporte tan divertido.
Este año tenemos una buena noticia, nos han construido un campo de voleibol. Lo hemos dejado fijo en una zona no muy usada del colegio.


jueves, 2 de octubre de 2014

¡Usted no es su entrenador, es su padre! de Patricia Ramirez.

“Me siento triste cuando mi padre me regaña después del partido. Me dice que no he jugado con intensidad, que así no seré nunca un jugador de Primera División, que fallo en los pases porque me falta concentración. Y mi madre le apoya. Dice que juego como si no me importara ganar. También me echan en cara que se gasten dinero en mí y que me dedican muchas horas llevándome y recogiéndome del fútbol. A mí me gusta jugar al fútbol, me gusta aprender cosas nuevas, dar un pase de gol, estar con amigos, ganar, pero tampoco me importa mucho perder, porque eso es lo que nos dice el míster. Pero últimamente ya no disfruto, vengo a jugar los fines de semana nervioso, pensando que si no le gusto a mi padre, lo oiré gritar desde la banda, me dirá que me mueva, que espabile, y a veces me siento tan nervioso que no sé ni por dónde va el balón. Si vale la pena seguir viniendo cuando ya no disfruto. Pero si decido no jugar más, también les voy a decepcionar”. 
Son muchos los padres y madres que acompañan a sus hijos a los partidos, competiciones y entrenamientos. Se sientan en la grada, observan, les dan directrices y se involucran en el deporte de sus hijos como si ellos fueran los que dirigen. Existen diferentes especímenes de padres y madres.
Los que asumen papeles positivos. Son aquellos en los que el interés del padre está en que su hijo disfrute de lo que hace.

Habla cuando estés enfadado y harás el mejor discurso que tengas que lamentar”
Ambrose Bierce
El padre taxista. Acompaña a su hijo, le deja en el entrenamiento, le recoge. Suele ser un padre al que los deportes le gustan bastante poco, pero le interesa que su hijo sea feliz.
El padre positivo. Anima, refuerza, se preocupa por cómo han ido los partidos. Le transmite entusiasmo sin presión. Felicita al chaval por el mero hecho de jugar y entrenar.
El padre involucrado. Le gusta participar en las decisiones y propuestas del club. Se interesa por la formación de los chavales o porque el centro obtenga ingresos. Este tipo de padres son activos en la divulgación de valores en el club y participan con cualquier acción que pueda mejorarlo.
Existen otros papeles, los negativos. Son aquellos en los que el comportamiento del padre influye negativamente en su hijo, generándole presión, exigiendo resultados y poniendo unas expectativas por encima de lo que el entrenador o el club esperan del niño.
El padre entrenador. Grita directrices desde la banda, corrige a su hijo cuando se monta en el coche, incluso contradiciendo las indicaciones del entrenador. Genera confusión en el niño, que por un lado tiene una idea de juego que el profesional trata de inculcarle, y por otro, la versión de su padre o madre. En deportes como la natación, este padre está en la grada paseando de punta a punta de la piscina, cronómetro en mano, midiendo tiempos y apuntando en una libreta. No es de recibo crear presión en el niño con distintos mensajes. ¿A quién cree que debería obedecer su hijo?El padre pesado. Se pasa todo el día hablando de lo bien que juega, nada o corre su hijo y de que apunta maneras. No presiona directamente al niño, pero sin querer le traslada que su valor como chaval está en el juego.
El padre que se cree Cholo Simeone. Trata de motivar, transmitir garra, le pide al hijo que se entregue, que se esfuerce, que se deje la piel en la cancha, que trabaje, que compita como si se le fuera la vida en ello. Pero olvida algo muy importante: ni su hijo es un jugador de Primera División que tenga que ganarse la vida jugando ni él es el entrenador del Atlético de Madrid. Solo consigue que su hijo pierda de vista los valores que le transmite el club, donde normalmente prevalece la generosidad por encima de la individualidad, disfrutar y aprender por encima de los resultados, y el juego limpio por encima de competir a cualquier precio.
El padre que resta en todos los sentidos. Da gritos desde la grada, desacredita al míster, le dice a su hijo que no entiende por qué él no juega cuando sus compañeros son peores que él, se comporta de forma grosera con el rival, insulta al árbitro y otras impertinencias más. Es el padre del que cualquier hijo se sentiría avergonzado.
Los motivos por los que los padres pierden los papeles son diversos. Muchos esperan que sus hijos les saquen de pobres convirtiéndose en Nadales o Cristianos. Otros desean que su hijo gane todo porque sus victorias son sus propios éxitos, es la manera de sentirse orgullosos del chaval y presumir de él delante de sus amigos y en el trabajo. Otros proyectan la vida que ellos no pudieron tener. Otros no tienen ningún autocontrol. No lo tienen en el partido de sus hijos, ni cuando conducen, ni cuando se dirigen a las personas. Y por últimos están los que cruzan los límites sencillamente porque no tiene consecuencias. Saben que está mal, pero su mala educación o ausencia de valores les hace comportarse como personas poco cívicas y desconsideradas.
El valor está en hacer deporte, porque es una conducta saludable, pero sobre todo en ser capaces de divertirse y relacionarse con los amigos. Lo demás no importa. Si no le presiona para que se supere con la consola de videojuegos, ¿por qué lo hace cuando va a los partidos? En el momento en el que la palabra jugar pierde valor –“jugar al baloncesto”, “jugar al fútbol”, “jugar al tenis”–, su hijo dejará de disfrutar y no querrá seguir yendo.
Si es padre o madre, recuerde, por favor, que es un modelo de conducta para su hijo y para sus compañeros de equipo. A los hijos les gusta sentirse orgullosos de sus padres y, en cambio, lo pasan terriblemente mal cuando se les avergüenza. Ser modelo de conducta conlleva mucha responsabilidad, porque sus hijos copian lo que ven en usted. Y su forma de comportarse debe ser la ejemplar para que facilite el aprendizaje de una serie de valores que acompañan al deporte.
Si como padre o madre desea sumar, tenga en cuenta el siguiente decálogo:
1. Recuerde el motivo por el que su hijo hace deporte. El principal es porque le gusta. Existen otros, como practicar una conducta sana, estar con amigos o socializarse. El objetivo no es ganar.
2. Comparta los mismos valores que el club. Busque un centro deportivo afín a su filosofía de vida.
3. No dé órdenes. Solo apóyele, gane o pierda, juegue bien o cometa errores.

Disfruta del viaje, y deja de preocuparte por la victoria y la derrota”
Marr Biondi
4. No le obligue a entrenar más, ni a hacer ejercicios al margen de sus entrenamientos. Su hijo no es una estrella, es un niño. Aunque tenga talento, puede que no quiera elegir el deporte como profesión y solo lo practique por diversión.
5. No presione, ni dé directrices, ni grite, ni increpe, ni maldiga; no haga gestos que demuestren a su hijo que se siente decepcionado por su juego.
6. Respete a todas las figuras que participan en la comunidad deportiva: entrenador, árbitros, otros técnicos, jardineros…
7. Controle sus emociones. No se puede verbalizar todo lo que pasa por la mente. Las personas educadas no muestran incontinencia verbal.
8. Nunca hable mal de sus compañeros. Los otros niños forman parte del equipo. El objetivo grupal siempre está por encima del individual. Y hablar mal de sus colegas es hablar mal de la gente con la que comparte valores, emociones y un proyecto común.
9. Modifique su manera de animar. No se trata de corregir al niño, sino de reforzarlo.
10. No inculque expectativas falsas a su chaval, como decirle que es un campeón, que es el mejor y que si se esfuerza podrá llegar donde quiera.
La felicidad de los niños está por encima de todo. Siéntase siempre satisfecho con lo que haga, gane, pierda o cometa errores. Felicítele por participar más que por competir. Y recuerde que su hijo hace deporte para divertirse él, no para que lo haga usted.

Para ver el artículo completo, pinchar aquí.